Israel podría amenazar con utilizar sus armas nucleares si Irán toma represalias por el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, mientras se encontraba en Teherán. La opción nuclear sería el peor escenario posible para Estados Unidos, que intenta evitar a toda costa implicarse directamente en una guerra de armas. Agravar las condiciones actuales no traerá de vuelta a los rehenes israelíes restantes. Por el contrario, abrirá la puerta a que otras potencias nucleares se involucren y obstaculizará el diálogo y la relación entre Irán, con su moderado recién elegido presidente, y los países de Occidente.
Heinz Gärtner
19 de agosto de 2024
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Irán ha anunciado que tomará represalias por el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh. Si esta represalia es más fuerte que lo ocurrido en abril, cuando alrededor de trescientos drones y misiles fueron interceptados por varios Estados y, por tanto, causaron pocos daños en Israel, la reacción de Israel será correspondientemente mayor. Incluso si las represalias de Irán son moderadas, el detonante de una escalada hacia una guerra mayor puede venir de Hezbolá en el Líbano, cuyo comandante Fuad Shukr también fue asesinado por Israel. El incremento de los ataques de Hezbolá podría incitar a Netanyahu a intervenir masivamente en el Líbano. Irán ya no puede quedarse de brazos cruzados, aunque hasta ahora ha tratado de evitar una guerra directa con Israel y su principal colaborador, Estados Unidos.
Aunque EE. UU. está advirtiendo que una guerra a mayor escala podría tomar lugar, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, ya ha prometido apoyo a Israel, lo que equivale a garantías indirectas de seguridad en caso de ataque a Israel. En realidad, esto podría obligar a EE. UU. a intervenir luego de haber desplegado sus fuerzas en la región del Golfo.
Si EE. UU. reacciona con demasiadas dudas, Netanyahu podría señalarle a EE. UU. que Israel aún dispone de armas nucleares, si se ve existencialmente amenazado. El ministro de Defensa israelí, Moshe Dayan, ya hizo esto en 1973 para forzar un mayor apoyo de la administración Nixon durante la Guerra del Yom Kippur. Uno de los pretextos de Israel podría ser inutilizar las instalaciones nucleares de Irán con pequeñas cabezas nucleares.
Israel tiene un largo historial de atentar contra científicos nucleares iraníes para desbaratar el programa nuclear de Irán. Entre 2010 y 2020, cinco científicos nucleares iraníes (Masoud Ali-Mohammadi, Majid Shahriari, Darioush Rezaeinejad, Mostafa Ahmadi Roshan y Mohsen Fakhrizadeh) fueron asesinados en atentados provenientes del extranjero. Irán ha acusado a Israel de estos asesinatos.
Las instalaciones nucleares iraníes y, en particular, su planta de enriquecimiento de uranio de Natanz fueron atacadas en 2011 por un agresivo código informático llamado Stuxnet. Irán acusó a Estados Unidos e Israel de su desarrollo y utilización para atacar sus sistemas de control industrial nuclear.
Aunque el uso de armas nucleares por parte de Israel no es inminente, está utilizando la “coerción nuclear” para chantajear a Estados Unidos a intervenir cada vez más militarmente. Kissinger expresaba su preocupación en 1973, declarando: “Debemos asegurarnos de que Israel gane, pero con la nariz ensangrentada, pero sobre todo de que Estados Unidos salga indemne”.
El principal enemigo de Netanyahu es Irán y no se detendrá ante nada hasta aislarlo en la región. La idea de utilizar armas nucleares contra el programa nuclear iraní tampoco es nueva. En última instancia, sin embargo, a Netanyahu no le preocupan las armas nucleares, sino Irán. Tampoco fue una coincidencia que el ministro de Cultura israelí, Amichai Eliyahu, pusiera sobre la mesa las armas nucleares desde un principio. El uso de armas nucleares es el peor escenario para Estados Unidos, que quiere evitar su uso a toda costa. También le abriría la puerta a Rusia.
Al ordenar el asesinato de Ismail Haniyeh en Teherán, el primer ministro Netanyahu perseguía varios objetivos. En primer lugar, puede afirmar que ha logrado su objetivo de debilitar a la organización terrorista, aunque las negociaciones sobre un alto al fuego en la Franja de Gaza y la liberación de prisioneros se hayan estancado. En segundo lugar, ha socavado al recién elegido presidente moderado iraní, que había intentado mejorar las relaciones con Occidente y revivir el acuerdo nuclear. En tercer lugar, Netanyahu le ha demostrado a Estados Unidos que actuará independientemente de quién esté en la Casa Blanca. En última instancia, sus acciones podrían arrastrar a Estados Unidos a una guerra regional más amplia, ya que Israel lucha en múltiples frentes.
Otro Casus Belli se produjo el 1 de abril de 2024, cuando Israel atacó la embajada de Irán en Damasco, Siria, matando a 16 personas, entre ellas 8 oficiales de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) y 2 civiles sirios, además de destruir el edificio consular iraní. Este acto por parte de Israel violó los derechos soberanos de los Estados en virtud del artículo 22 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, que establece: “1. Los locales de la misión son inviolables… 2. El Estado receptor tiene la obligación especial de adoptar todas las medidas adecuadas para proteger los locales de la misión contra toda intrusión o daño”.
Irán también podría abstenerse de tomar represalias si se puede detener a los autores del atentado. Sin embargo, esto también requeriría que Estados Unidos facilitara a Irán información sobre los autores. Esto podría evitar una nueva escalada con una acción-reacción. En última instancia, un modelo a seguir podría ser la Resolución 598 del Consejo de Seguridad de la ONU adoptada al final de la guerra Irán-Iraq de 1987, que instaba a las partes beligerantes a observar un alto al fuego inmediato, interrumpir todas las acciones militares y solicitaba una “solución global, justa y honorable, aceptable para ambas partes”.