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En medio de los vastos paisajes de Australia, una lucha contra la injusticia del agua resuena en los antiguos terrenos de las comunidades indígenas. Los agricultores de Nueva Gales del Sur continúan su desafío a la ley superando el límite permitido de agua extraída en el equivalente a 16 000 piscinas olímpicas. ¿Cómo es posible que el agua, una fuerza vital, se haya convertido en un campo de batalla para los indígenas australianos? ¿Por qué el derecho al Murray-Darling suscita a la vez esperanza y controversia?

En el corazón de Australia, donde la tierra roja se extiende hasta donde alcanza la vista, las comunidades indígenas están librando una batalla por la justicia hídrica en la cuenca del río Murray-Darling, la red fluvial más grande de Australia. Con una extensión tan grande como la de Francia y España juntas, la Cuenca se extiende por partes de Queensland, Nueva Gales del Sur, el Territorio de la Capital Australiana, Victoria y Australia del Sur. Más de 2.4 millones de personas viven dentro de la Cuenca y es hogar de más de cincuenta grupos étnicos que vivían en Australia antes de la colonización británica (conocidos como Primeras Naciones), especialmente los pueblos aborígenes e isleños del estrecho de Torres.

Si bien las comunidades indígenas constituyen el 9.3% de la población del área, poseen solo el 0.2% del agua superficial disponible en toda la Cuenca. Conocida también como el corazón de la industria agrícola del país, la Cuenca produce el 40% de los productos del país y tiene un valor de más de 22 mil millones de dólares australianos cada año.

Cuidando del País: Un Mayordomía Nacida de la Tradición

El agua es más que una necesidad física para los australianos indígenas; es una esencia espiritual tejida en el tejido de sus culturas, sirviendo como conducto para conectarse con los espíritus ancestrales y dando forma a sus ceremonias y rituales. La filosofía de «cuidar del país» guía a los australianos indígenas en su relación con la tierra. Se trata de un conjunto de tradiciones derivadas de la idea aborigen de preservar el equilibrio ecológico y cumplir con responsabilidades culturales, enfatizando que si cuidas del País, el País cuidará de ti. El agua desempeña un papel fundamental en esta mayordomía, sustentando especies totémicas y alimentando plantas y alimentos esenciales.

Recientes iniciativas gubernamentales de gestión del agua han interrumpido esta conexión sagrada, dejando a las comunidades indígenas lidiando con el impacto en sus prácticas y creencias culturales. Los arreglos de gestión del agua introducidos por el gobierno, caracterizados por regulaciones, están desafiando prácticas milenarias, obligando a las comunidades indígenas a navegar un delicado equilibrio entre el patrimonio cultural y los modernos sistemas de gestión del agua.

Reflexiones sobre una década de planificación de la Cuenca

En 2012, el Gobierno Federal respaldó el Plan de la Cuenca del río Murray-Darling, una iniciativa de 13 mil millones de dólares australianos que restringe la extracción de agua de la Cuenca para fines como el riego, el consumo humano y la industria, y tiene como objetivo corregir problemas históricos de sobreexplotación que han dañado significativamente los ríos.

Sin embargo, el Plan pasó por alto los derechos indígenas de poseer, gestionar y controlar el agua en la Cuenca. Posteriormente, en 2018, el Gobierno australiano destinó 40 millones de dólares australianos al Programa de Derechos Hídricos Aborígenes (AWEP), con el objetivo de apoyar a las comunidades de Primeras Naciones en la Cuenca del río Murray-Darling para adquirir derechos hídricos culturales y económicos, junto con actividades de planificación asociadas. A pesar de este compromiso, el Gobierno no lo cumplió debido a varios desafíos. Durante un período de cuatro años, se han producido retrasos en la implementación de AWEP debido a cambios en los arreglos administrativos del gobierno, el impacto de la pandemia de COVID-19 y la necesidad de garantizar arreglos de entrega apropiados.

Los cambios administrativos entre agencias, incluyendo el Departamento de Agricultura y Recursos Hídricos (DAWR), el Departamento de Agricultura, Agua y Medio Ambiente (DAWE), la Agencia Nacional de Australiana para los Indígenas (NIAA), y el Departamento de Cambio Climático, Energía, Medio Ambiente y Agua (DCCEEW) desde 2018, han añadido mayor complejidad. Además, la diversidad de culturas e identidades de las Primeras Naciones en la Cuenca ha complicado la construcción de un consenso sobre la obtención de derechos hídricos.

El impacto general de no actuar sobre la inversión de 40 millones de dólares australianos pareció ser de dos partes. En primer lugar, ha obstaculizado el apoyo previsto para las comunidades de Primeras Naciones en la adquisición de derechos hídricos culturales y económicos, creando frustración y decepción. En segundo lugar, la implementación demorada y la disminución del valor de la financiación han comprometido la efectividad del programa, haciendo cada vez más difícil que las comunidades participen de manera significativa en el mercado del agua y cumplan con sus aspiraciones culturales y económicas.

El DCCEEW, responsable de la entrega de AWEP, ha enfatizado la urgencia de una acción rápida para evitar más retrasos en la consecución de resultados beneficiosos para las comunidades de Primeras Naciones. Además, principios comunes, como beneficios compartidos duraderos, autodeterminación y el deseo de maximizar el impacto de esta enorme contribución para los derechos hídricos, han obtenido acuerdo, con un enfoque en evitar que este dinero sea absorbido por costos administrativos o incidentales.

Consecuentemente, más de una década después del Plan inicial, se comprometieron otros 9 millones de dólares australianos en abril de 2023, seguidos por la ley «Restaurando Nuestros Ríos» en noviembre de 2023, bajo la cual la financiación de AWEP se aumentó a 100 millones de dólares australianos para avanzar en los derechos hídricos de las Primeras Naciones.

Esperanza para los ríos y las comunidades indígenas

De acuerdo con el Plan de la Cuenca de 2012, se pretendía recuperar alrededor de 3000 gigalitros de agua anualmente, principalmente de agricultores que cultivan cosechas irrigadas, y redirigirla a fines ambientales. Cada año, los agricultores reciben cuotas de agua asignadas y tienen la opción de utilizarlas o venderlas. Para reducir el uso de agua del sistema fluvial, el Gobierno se comprometió en recomprar derechos hídricos a los agricultores.

La ley «Restaurando Nuestros Ríos» extiende el plazo de entrega original del Plan de la Cuenca en tres años (hasta 2027), elimina un límite anterior de recompra de agua, lo que permite al Gobierno comprar más agua para el medio ambiente y ofrece a los irrigadores la opción de arrendar, en lugar de vender, sus derechos hídricos.

Sin embargo, los opositores argumentan que el enfoque de recompra ampliado puede tener efectos adversos en varios frentes, incluyendo el impacto en la producción, la confianza de la comunidad en el gobierno y la disminución de la población debido a la migración a centros urbanos, cambiando la dinámica de las comunidades rurales. Los agricultores continúan desafiando las recompras argumentando que reducirá el valor de la agricultura en Australia en aproximadamente 855 millones de dólares australianos cada año, aumentará los precios de los alimentos, cerrará granjas y costará empleos. Debido a estas preocupaciones, la Ministra de Medio Ambiente, Tanya Pilbersek, ha expresado reservas sobre una recompra completa y está explorando medidas alternativas, como proyectos de eficiencia.

Además, los esfuerzos de defensa liderados por grupos como Murray Lower Darling Rivers Indigenous Nations (MLDRIN) aseguraron la inclusión de reformas que apoyan los problemas de las Primeras Naciones en la legislación final. El aumento de la financiación para el AWEP dentro de esta legislación permite a las Primeras Naciones en la Cuenca comprar derechos hídricos para uso autodeterminado, intentando compensar el compromiso de financiación no cumplido en 2018.

Uniendo Perspectivas para la Justicia Hídrica

A medida que la lucha por la justicia hídrica se desarrolla, el desafío radica en encontrar un camino que honre tanto los derechos de los australianos indígenas como las demandas pragmáticas de gestión del agua de los agricultores. Bajo la nueva ley Restaurando Nuestros Ríos, el AWEP ya ha comenzado a evolucionar, respetando las conexiones espirituales y culturales de los australianos indígenas con el agua. Esto marca un logro significativo en influir en el futuro de la gestión del agua y la conservación de tradiciones ancestrales en este territorio expansivo.

Imagen: Pintura del Tiempo del Sueño, arte aborigen, Australia.  © IMAGO / robertharding
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