Siguen aumentando las tensiones entre Venezuela y Guyana después de que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, proclame la victoria en el referéndum para anexionarse el territorio guyanés de Essequibo. La región, rica en petróleo, ha sido un punto de discordia entre los dos países desde 2015, cuando se descubrieron más reservas. Esta última violación del derecho internacional podría invitar a nuevos conflictos en América Latina. En una tensa reunión celebrada el 14 de diciembre, el presidente Madura y el presidente Ifraan Ali acordaron no utilizar la fuerza y formar una comisión para investigar la disputa.
Reed McIntire, 16 de febrero de 2024
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El domingo 3 de diciembre de 2023, los ciudadanos venezolanos votaron a favor del referéndum del presidente Nicolás Maduro para reclamar la soberanía sobre amplias franjas de la vecina Guyana. La región, Essequibo, es rica en recursos naturales y también proporciona acceso a zonas del Atlántico ricas en petróleo. La votación se produce desafiando una sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitida el 2 de diciembre, que prohibía a Venezuela tomar nuevas medidas al respecto. Venezuela no reconoce la jurisdicción de la CIJ.
Venezuela lleva mucho tiempo reclamando el Esequibo, ya que la región formaba parte de su territorio durante la dominación española. Sin embargo, la región fue cedida a Guyana en un arbitraje de 1899, cuando el país era aún colonia británica. Venezuela se ampara en un acuerdo de Ginebra de 1966 entre Venezuela, Gran Bretaña y la entonces Guayana Británica (Guyana) que, en su opinión, anulaba una frontera trazada en 1899 por árbitros internacionales.
Las tensiones entre Venezuela y Guyana han aumentado a raíz del descubrimiento de petróleo frente a las costas de Essequibo en 2015. La región alberga la mayor cantidad de reservas de petróleo per cápita del mundo y el control del recurso podría suponer un importante impulso económico. En noviembre, el gobierno guyanés anunció el descubrimiento de una nueva reserva de petróleo por un valor estimado de 10 millones de barriles.
El referéndum propuesto devolvería el territorio a Venezuela y otorgaría la ciudadanía venezolana a los actuales residentes. Sin embargo, algunos denuncian fraude electoral, ya que apenas se observaron indicios de votación generalizada, a pesar de que el gobierno afirma que se emitieron 10 millones de votos. No obstante, Maduro sostiene que la votación es un «éxito total de la democracia».
Los críticos del régimen de Maduro señalan fallos sistémicos constantes de la democracia venezolana. En septiembre de 2023, Amnistía Internacional presentó un informe ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU sobre lo que denominó «picos de represión» de la libertad de expresión y asociación en Venezuela. Algunos ven el reciente referéndum como un intento de anular las reclamaciones de procesos democráticos ilegítimos antes de las próximas elecciones presidenciales de 2024.
La votación en sí constaba de sólo cinco preguntas. La principal de ellas era si el pueblo venezolano deseaba o no rechazar tanto la propuesta de 1899 como la jurisdicción de la CIJ. El resultado positivo para Caracas fue, por tanto, también un desafío total al derecho internacional. El presidente de Guyana, Irfaan Ali, aclaró durante una emisión nacional que su posición no es negociable.
Aunque el gobierno venezolano no ha dado ningún paso más hacia la anexión de Essequibo, los habitantes de Guyana consideran que se trata de un paso más hacia la anexión total de su país. El territorio de Essequibo comprende dos tercios del territorio total de Guyana y el gobierno ha denunciado desde entonces el referéndum. En Essequibo viven 125.000 de los 800.000 ciudadanos guyaneses. Desde el punto de vista medioambiental, la región cuenta con una selva tropical virgen y abundantes recursos naturales, como minerales preciosos. La anexión de la región y sus recursos limitaría gravemente la capacidad de los guyaneses para competir en el mercado mundial. Sin embargo, los guyaneses mantienen una ventaja en materia de alianzas.
Durante los preparativos de la votación, el ejército estadounidense anunció que apoyaría a los guyaneses en caso de invasión venezolana. Desde entonces, Guyana ha recibido apoyo adicional tanto de la Organización de Estados Americanos (OEA) como de la Comunidad del Caribe (CARICOM). Al sur, Brasil observa la situación y el Presidente Lula da Silva desea que «prevalezca el sentido común, tanto por parte de Venezuela como de Guyana». El ejército brasileño ha enviado fuerzas adicionales a sus fronteras comunes con ambas naciones.
Para Venezuela, las reservas adicionales de petróleo podrían ser la solución para una economía en crisis. Entre 2014 y 2021, la economía venezolana se contrajo un 80%. Esto también refleja el impacto de las sanciones estadounidenses contra Venezuela. En consecuencia, Caracas ya ha dado instrucciones a la empresa nacional Petróleos de Venezuela (PDVSA) para que comience a elaborar mapas y expediciones. Aún así, el Gobierno de Maduro se encuentra en una posición precaria.
Desde entonces, ambas naciones han anunciado conversaciones bilaterales en la isla de San Vicente para apaciguar las tensiones. Además, está previsto que el gobierno brasileño actúe como observador en las conversaciones. Estas conversaciones responden en gran medida a los deseos de Venezuela. Venezuela pretende utilizar los antiguos acuerdos territoriales como factor de negociación, mientras que Guyana desea que la CIJ resuelva la cuestión. Caracas ha aclarado además que desea que América Latina siga siendo una «región de paz» a pesar de las tensiones.
El 14 de diciembre de 2023, los líderes de Guyana y Venezuela se reunieron en la isla oriental caribeña de San Vicente. En la tensa reunión ambas partes acordaron que el uso de amenazas o de la fuerza contra la otra no era una opción. No se llegó a ningún acuerdo sobre cómo abordar la actual disputa sobre el Esequibo. Una comisión conjunta de los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países y otros funcionarios abordará el problema. Se espera un informe en el plazo de tres meses. El gobierno de Guyana reiteró su postura: Essequibo «no es objeto de discusión, negociación o deliberación».