Según un reciente informe, el ejército estadounidense no está preparado para luchar en una guerra de gran escala en caso de que estalle. La mala gestión y el desarrollo excesivamente cauteloso han afectado al ejército estadounidense desde el final de la Guerra Fría. A medida que las guerras en Ucrania y Gaza siguen intensificándose, Estados Unidos y sus aliados deberían preocuparse.
Reed McIntire
23 de septiembre de 2024
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La Comisión sobre la Estrategia de Defensa Nacional (NDS, por sus siglas en inglés) ha concluido en su informe 2024 que Estados Unidos no está preparado en absoluto si estallara una guerra de gran escala, destruyendo percepciones sobre la preparación militar estadounidense. El informe se publica en medio de un rápido aumento de las tensiones entre Estados Unidos y sus rivales, Rusia y China.
Creada en 2022, la Comisión sobre la Estrategia de Defensa Nacional es un organismo independiente que evalúa la preparación y las capacidades generales del ejército estadounidense. Las conclusiones de la comisión desde entonces han determinado que Estados Unidos estuvo preparado por última vez para librar un conflicto de gran escala al final de la Guerra Fría, en 1990, pero que desde entonces ha perdido esta capacidad.
El informe señala que, si bien Rusia sigue siendo una amenaza persistente para Estados Unidos y sus aliados, China se ha convertido rápidamente en la mayor preocupación para la defensa estadounidense. La Comisión afirma que es probable que las fuerzas armadas chinas estén superando a las estadounidenses, especialmente en cuanto a presencia en el Pacífico, gracias a dos décadas de inversión militar por parte del gobierno chino. Un elemento clave de la estrategia china ha sido la construcción de islas en el Mar de China Meridional a partir de antiguos arrecifes de coral. Aunque la armada estadounidense sigue siendo un elemento permanente en la región, estas islas suponen una nueva amenaza para la seguridad y la estrategia de Estados Unidos.
Además, tanto China como Rusia se han dado a conocer por sus enfoques alternativos de la diplomacia y la política de seguridad. La Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) de China ha ampliado su esfera de influencia a grandes zonas del mundo en desarrollo, lo que ha llevado a acusar al país de neocolonialismo. Mientras tanto, el Grupo Wagner de Rusia, oficialmente independiente pero aún con fuertes conexiones gubernamentales, es contratado con frecuencia por gobiernos del Sur Global. Si Estados Unidos no pone remedio a esta situación, advierte el informe, la influencia china y rusa incrementará.
Esta noticia es especialmente alarmante para muchos países de Europa que son miembros de la alianza de la OTAN liderada por Estados Unidos. Aunque se supondría que todos los miembros de la alianza compartan la carga de los costos y suministros, en realidad es Estados Unidos quien más gasta en su presupuesto de defensa y equipamiento militar. La falta de preparación estadounidense podría tener consecuencias dramáticas para la alianza, dadas las cuestiones que se le plantean a su miembro más importante.
Numerosas naciones europeas han comenzado a rearmar y modernizar sus ejércitos desde la invasión rusa de Ucrania. Alemania, en particular, ha emprendido una campaña para reforzarse contra la amenaza rusa. En 2023, el canciller alemán Olaf Shulz declaró que su país se convertirá en la “columna vertebral” de la defensa europea y será capaz de librar una guerra por sí mismo en un futuro próximo. Sin embargo, como el país depende de la energía rusa, es poco probable que esta promesa se cumpla pronto.
La Comisión de la NDS cita como principales causas de esta reciente falta de preparación las estrategias de gestión anticuadas y la aversión al riesgo por parte del Departamento de Defensa (DoD). Sin embargo, según el informe, innovaciones como la Fuerza Espacial o la Unidad de Innovación de Defensa aún permiten albergar esperanzas de que el pensamiento innovador aún es posible en el DoD.
Además, el Informe de NDS 2024 sugiere que EE. UU. debería incorporar “todos los elementos del poder nacional” para resolver este desequilibrio. Este enfoque “reuniría diplomacia, inversión económica, ciberseguridad, comercio, educación, capacidad industrial, innovación técnica, compromiso cívico y cooperación internacional”. Además, el informe insta a Estados Unidos a reforzar sus alianzas en todo el mundo para frenar la influencia rusa y china.
Sin embargo, esta toma de conciencia podría llegar demasiado tarde. El BRICS amplió su número de miembros el 1 de enero de 2024. Los cinco miembros recién admitidos, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, junto con los Estados miembros originales, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, hacen del BRICS una fuerza formidable. El bloque representa ahora el 45% de la población mundial y el 36% del PIB global. La inclusión de Arabia Saudí es especialmente preocupante para los estadounidenses, ya que su estrategia en Oriente Medio se había basado en gran medida en su alianza con los saudíes. Aunque el BRICS es principalmente un bloque económico, creado originalmente para contrarrestar el orden internacional liderado por Estados Unidos, la incorporación de grandes potencias en Oriente Medio ya está configurando un nuevo orden internacional, que incluye alianzas militares.
La diplomacia estadounidense, bajo la presidencia de Biden y la vicepresidencia de Harris, está intentando subsanar estas deficiencias militares. En abril de 2024, Estados Unidos y Japón acordaron una nueva serie de proyectos de cooperación destinados a frenar las ambiciones de China. Estos proyectos incluyen el desarrollo de misiles, así como alunizajes tripulados conjuntos. Además, Estados Unidos, Reino Unido y Australia forman su propia alianza militar, AUKUS, que busca desarrollar las capacidades de seguridad de las tres naciones, específicamente en lo que respecta a China. El presidente Trump es partidario de AUKUS.
Revitalizar el ejército estadounidense podría convertirse en una pieza clave de las próximas elecciones presidenciales de noviembre de 2024. Parte de la plataforma del expresidente Trump se centra en el ejército y en convertirlo “sin duda, en el más fuerte del mundo”. Sin embargo, la nueva candidata demócrata y actual vicepresidenta, Kamala Harris, aún no ha aclarado oficialmente su plataforma.
No obstante, la amenaza de una escalada nuclear se mantiene, con Israel amenazando con utilizar armas nucleares contra su enemigo declarado: Irán. Las guerras en Gaza y Ucrania tienen el potencial real de envolver a más países, incluido Estados Unidos.
Aunque no es inminente una gran guerra entre Estados Unidos y China o Rusia, un ejército estadounidense debilitado podría tener profundos efectos en la dinámica internacional. Está por ver si los estadounidenses o sus aliados serán capaces de hacer frente al desafío.